El Guernica de Picasso

Para empezar con esta nueva sección, he querido empezar con uno de los cuadros más duros de la historia de España. Con toda probabilidad todos vosotros habéis visto este cuadro, ya sea en imagen o en el museo Reina Sofía, donde se encuentra actualmente. Un cuadro lleno de un gran simbolismo, que trataré de explicar a continuación. 

Todos conoceréis la historia de este cuadro, el por qué se hizo y en qué circunstancias se pintó, por ello no me detendré demasiado. Un año después del estallido de la Guerra Civil española, en el 37, es cuando se realiza esta obra. Encargado por el Gobierno de la República Española, tras el bombardeo de Guernica, su objetivo en un principio sería atraer a personas a la causa republicana. Sin embargo, Picasso decidiría plasmar en él, lo más duro de una guerra, muerte y destrucción. No hay rastro que nos evidencie que se trata de un cuadro realizado debido al bombardeo de Guernica, ni siquiera de la propia Guerra Civil Española. Simplemente sufrimiento, lo único que provoca la guerra, eso es lo que quiso plasmar Picasso. No es la representación de la Guerra Civil, ni de un momento concreto de esta, es la plasmación de lo que provoca un conflicto de esta magnitud, el sufrimiento llevado al extremo. De ese modo el objetivo propagandístico queda relegado a un segundo plano.  

En primer lugar el cuadro, de grandes dimensiones, se divide en tres partes. La izquierda, según lo observamos, se encuentra la mujer con el toro, en el central, el de mayor tamaño, el caballo sufriendo y varios miembros de un soldado y por último, en el margen derecho, la mujer gritando, ya que su casa está en llamas. 

En la parte izquierda superior vemos el toro, cuya representación significaría la oscuridad y la brutalidad. Otra teoría, que barajan algunos historiadores del arte, que yo particularmente no comparto, es que es un autorretrato del mismísimo Picasso. Como es característico la lengua se presenta de una forma afilada, simbolizando la dureza de la Guerra. La mujer sostiene a su hijo yacente, símbolo que recuerda a la piedad, con un gesto de tremendo dolor, gritando mientras mira al cielo, ya que sostiene a su hijo, muerto. El ojo de la madre se dibuja como una lágrima, de nuevo el símbolo del gran dolor que supone la perdida de un hijo, de tanto llorar el ojo se torna en una lágrima. Finalmente, en la parte inferior se encuentra la cabeza degollada de un hombre, que sería un soldado. 

En la parte central, se encuentra el caballo símbolo del pueblo, cuyo cuerpo está herido mortalmente, ya que le atraviesa una lanza. Con esto, Picasso querría representar el sufrimiento de todo el pueblo que sufre las guerras, en este caso el español. Dos rayos de esperanza se abren en esta escena, la bombilla y la flor, aunque el primero también se ha interpretado como representación de la evolución científica y de lo que puede hacer si cae en malas mano. 

Entre el toro y el caballo se sitúa la silueta de una paloma, con un ala caída y la cabeza hacia arriba, se considera el símbolo de la paz rota. En la parte derecha se sitúan dos mujeres. La superior, se encuentra perdida y se interpreta como una alegoría a la República. La inferior parece que está herida ya que se ve una hemorragia, y muchos historiadores defienden que va a descansar al lado del caballo, es decir, al lado del pueblo. 

En la parte derecha vemos como una mujer se ahoga en sufrimiento ante la casa que se está quemando. Algunos defienden que se produce ante la caída de una bomba, que lo consideran una leve referencia al bombardeo de Guernica y al sufrimiento que este provocó.

Picasso se encargó de que el cuadro no acabara en las manos del régimen franquista y lo donó al Museo de Arte Moderno de Nueva York y no sería hasta 1981, gracias a que España ya gozaba de una democracia,cuando el cuadro vuelva a España y se exponga de forma permanente en el Museo Reina Sofía. 


Algunos de los bocetos del Guernica 

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