Un mundo inhumano


Esta no es una entrada de un relato, nada más lejos de la realidad, en la que hoy me voy a centrar. El título es bastante revelador con respecto a lo que quiero contar en esta nueva y peculiar entrada. No deja de ser una reflexión acerca de lo que somos, de lo que queremos ser y hacia donde nos estamos dirigiendo. 


Cada vez veo un mundo más inhumano como refleja mi título, tecnología y tecnología nos rodea por todos los lados. Ya no tenemos que desplazarnos para hablar con alguien, quizá y tan solo planteo ese quizá, es motivo por el cual nos hemos vuelto tan extremadamente hipócritas de desear ver a alguien y sin embargo, no tenemos la fuerza de voluntad para levantarnos de la cama, andar unos cuantos minutos y hablar con él cara a cara. No hablo de distancias kilométricas, evidentemente en eso ayudan, y mucho, a las parejas, amigos, familiares o cualesquiera sea su parecido. La hipocresía de la humanidad es querer hablar con alguien y en cambio preferir leer unos mensajes en una pantalla...¿cuánto hay de humano en eso? ¿cuántas veces ha habido confusiones por hablar por este medio? ¿cuántas os habéis planteado...ojalá estuviera aquí? Para mí, una relación humana, sería ir. 

Lejos quedaron los tiempos en los que una persona como yo dedicaría una carta a su novio o una persona tan especial que cope nuestro corazón (y sí me refiero a ti, que sé que lo leerás, R.). Ahora, las relaciones se han vuelto frías, distantes, poco detallistas y un largo etcétera que no enumeraré. A pocas personas, en las que me incluyo, no nos vale hablar detrás de una pantalla, porque lo consideramos distante, frío y...volveré aplicar el término... inhumano. 

Pero esta reflexión o crítica, como gustéis llamarlo, va mucho más allá de las relaciones interpersonales, que a fin de cuenta cada uno que haga lo que quiera ¿no?, aunque sea criticable y a los románticos como yo,(no hablo de amor, sino de periodo histórico, en el que se valoraba como nunca los sentimientos, cosa que ahora creo que no es así) no nos guste. Esta reflexión va más allá y cuestiona lo que estamos haciendo. Muchas veces los historiadores han dicho, el mundo ha cambiado más en los últimos treinta años, que en millones de humanidad. Yo también lo considero así, pero...la pregunta que deberíamos plantearnos es...¿ha cambiado a mejor?

Los críticos a este texto me dirán, ¡claro que sí, estamos mejor!...evidentemente no cuestiono los avances en democracia, sanidad, ni educación que tan merecidamente siempre honro a mis antepasados por haber logrado tales avances, tanto cuantitativos como cualitativos. 

Centraré en lo que se dirige mi crítica en la mecanización de absolutamente todo, de ahí el título al que le pongo a esta entrada. La mecanización ya introdujo bastantes aspectos positivos en las dos fases de industrialización europeas. Rara vez alguien habla de los efectos negativos...despidos masivos, ludismo, asesinatos como consecuencia de la penosa situación de los trabajadores, salarios aun más bajos, entre otras consecuencias. En pleno siglo XXI, soy defensor, equivocado o no, de que vamos a otra especie de "industrialización", ahora en sectores informáticos y revolucionarios, como los conocen algunos. Si hubo efectos negativos en el siglo XIX, ¿os imagináis los que causaría esta nueva revolución mil veces más potente? ya hay síntomas...máquinas que sustituyen a empleados en supermercados como el Carrefour (recomendaría no pasar por ellas para que no se sigan implantando), en gasolineras, en el McDonald´s, en hoteles y...para mi sorpresa hasta diseñan robots con funciones sexuales y de enseñanza...veo un futuro negro, donde las máquinas sean las intermediadoras de las relaciones humanas y es algo que para mí, demuestra la hipocresía de no saber que es la vida, en definitiva...de no saber que es ser humano y apreciar la entidad racional y de comunicación con la que la naturaleza nos ha dotado. 

Quizá no nos demos cuenta de que los propios humanos nos estamos cavando nuestra propia tumba, no digo física, pero sí del alma. La sociedad ha cambiado tanto..fría, inculta, pese a que ahora la educación es gratuita (me plantearía otra reflexión acerca de ello, pero eso tal vez si el tiempo me lo concede, la escribiré más adelantee) maleducada, con valores en los que el tabaco, el beber y todos los malos vicios son de enorme alarde entre los jóvenes. Y sobre todo un mundo suficientemente inhumano como para que casi nadie, piense en cuantas personas, con familia o sin, con cargas o sin, han sido despedidas injustamente por lo que algunos, desconocedores de lo que acarrea, llaman mayor productividad o "modernización del sistema". Llamadme antiguo, tradicionalista o lo que queráis, pero no quiero un mundo donde la modernidad se base en el despido masivo de gente y donde a todos se nos empuje hacia un sector, el de la tecnología, que al contrario de lo que muchos piensan, no a todos nos gusta. No me gustaría un mundo donde los humanos somos los pasivos y todo lo hacen robots...en definitiva...no me gustaría un mundo donde el humano se sustituya por una máquina. 

No hay mejor imagen para ilustrar lo que digo como esta...






Comentarios

  1. Muy bien dicho, opino lo mismo. Con las nuevas tecnología estamos deshumanizando. La culpa es el uso que hacemos con ellas. Un saludo.

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